martes, 8 de noviembre de 2011

Lo segundo mejor que me ha pasado en la vida

Busco en mi armario algo que me quepa, sin éxito, decido salir de compras y renovar mi vestuario resignándome a aceptar que jamás volveré a mis vaqueros de la 34. Entre montones de ropa busco no sé muy bien qué talla, el caso es que una talla más ya lo veo como grande, pero la percepción cambia cuando al probármelo compruebo que me cuesta subir el pantalón cadera arriba, finalmente, tras sudar la gota gorda bajo un foco que me apunta directamente al cogote y que reflejado en el espejo me ciega, consigo abrochar el jodido botón. Una vez que la vista se acomoda a la nueva situación, preferiría no ver mi silueta, esa barriga que asoma pidiendo desabrochar el botón a gritos y unos mulliditos michelines a ambos lados, haciendo su buena acción del día, no dejar tan sola a mi barriga.



"Quizás disimule con una faja..." me doy la vuelta y ¡DIOS! "¿Este culo es mío? madre mía, ¡por qué me ha salido este culo!, ¿acaso con el sitio que tenía en mi barriga no había bastante?" preferiría que los pantalones no fuera con efecto "Push up" porque no creo que fuese ese el efecto que quería lograr la publicidad de la tienda...



Por suerte, hay algo en lo que sí que quepo tras el embarazo, en mis antiguos sujetadores, eso sí, mis pechos ya no apuntan al mismo sitio, esta vez mis sujetadores sí que tenían que tener efecto "push up"



"Estás preciosa, nunca has estado tan bonita. Aquí dentro ha vivido Candela durante casi 10 meses y de estos pechos ha comido nuestra hija"




Pues tienes razón, algo ha cambiado en mí para siempre, y no son los kilos de más o la ropa de una talla más del armario, soy madre, SOY MADRE, y no hay nada que pueda igualar la enorme alegría que esta nueva condición provoca en mí. Su sonrisa por las mañanas, sus gorgeos y ruiditos mientras me mira directamente a los ojos, o debería decir mejor, mientras me habla directamente al corazón. Nada como sus manitas buscando mis dedos, o su cuerpo rezagado en mi pecho buscando consuelo. Su cara refleja la mía. No hay NADA comparable. Ser madre es lo mejor que me ha pasado en la vida, lo segundo, que tú seas el padre.