lunes, 21 de diciembre de 2009

El último día

Hoy es el último día que duermo sola.
Hoy es el último día que como la comida recalentada que me hice la tarde anterior.
Hoy es el último día que no huelo tu colonia en el baño después de ducharte.
Hoy es el último día que abro la puerta con dos vueltas de llave.
Hoy es el último día que enciendo el árbol de navidad.
Mañana seré millonaria.
Tú me estarás esperando en casa con la comidita recién hecha, la casa olerá a ti, cenaremos juntos a la luz tintineante del árbol de navidad y dormiremos mirando por la ventana: Plasencia a nuestros pies.
Mañana seré millonaria.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Mi señorita Patricia dice...

Conversaciones entre los padres/ madres y mis alumnos/as de tres años:

1. Mi alumna Marta, es "la mejor de la semana" y por ello recibe un diploma en reconocimiento a su esfuerzo y compañerismo. Le digo que lo ponga en un sitio de la casa donde todo el mundo pueda verlo, como la nevera, para que todos puedan felicitarla:

Madre: "Enhorabuena hija"
Marta: "Gracias, vamos a ponerlo en la nevera"
Madre: "Buena idea"
La madre se dispone a ponerlo en la puerta con un imán...
Marta; "¡qué hace mamá! mi señorita Patricia ha dicho que lo ponga en la nevera"
La niña abre la nevera y lo mete dentro.

2. El padre de Andrea por interesarse un poco por las amistades de su hija en la escuela le pregunta:
Padre: "Hija, ¿quién se sienta contigo en la mesa?
Andrea: "¡Que no papá!, que la señorita Patricia dice que los niños no se sientan en la mesa, se sientan en la sillita"

3. Los viernes los niños se llevan a casa el babi para lavar, por lo que por no perder el tiempo en quitárselo, se lo lleven puesto.
La madre de Lucas deja al niño con la abuela y le recoge después de trabajar, a las 18.00 va a recogerle:
Madre: "Pero Lucas, ¿qué haces con el babi puesto todavía?"
Lucas coge una rabieta y se niega a quitárselo.
Van a hacer la compra al carrefour y el niño continúa con su babi puesto, sucio de toda la semana, se niega a quitárselo.
Llagan a casa cerca de las 20.00
Madre: "Te pongas como te pongas te voy a quitar el babi para lavarlo"
Lucas: "Que no, que ha dicho mi señorita Patricia que el babi no se quita los viernes, y hoy es viernes"

4. La nieta de una compañera hablando con su abuela:

Inés: "Abuela, ¿dónde están los reyes?"
Abuela: "En el cielo"
Inés: "¡Hala!, se han muerto!

domingo, 13 de diciembre de 2009

¡Qué frío!

¡Qué semana más fría se avecina!
El miércoles próximo nos deslizaremos en trineo hasta los -1º de media, ¡qué frío!
Ya se porqué las lunas de los coches reciben ese nombre, la escarcha le da el color de luna. Blanco, grisáceo, resbaladizo, ¡qué frío!
Nos dolerán el cuello y la espalda de ir encogiendo los hombros, se nos quedarán las manos inmóviles de llevarlas en los bolsillos, daremos pequeños brinquitos y trotaremos despacito para llegar antes a casa, ¡qué frío!
Nos gustarán los escaparates con bolitas de navidad, nos enternecerán los villancicos por la calle del Sol, nos llegará el olor del mazapán, de los turrones y el champán fresquito, ¡qué frío!
Cruzaremos la acera buscando los trocitos de sol, nos pondremos la bufanda, hasta que se nos empañen los cristales de las gafas, y en el coche a tope el climatizador, ¡qué frío!
Ya en casa, calentita con mi edredón y mi pijama, encedida la calefacción, pero son ti: ¡qué frío!

martes, 8 de diciembre de 2009

Él

Las 9.47 de la mañana, cabizbajo y luchando por mantener los ojos abiertos camina hacia su coche.

El frío seco del otoño le hace despertarse sin remedio para poder quitar la escarcha de la luna delantera. Y allí esta ella, en el reflejo del espejo retrovisor. Apoyada en la ventana, mirando sin rumbo hacia un jardín repleto de ilusiones.

Él se imaginaba con ella tomando su brazo, él le ofrecería su pecho para que ella descansara sobre él el resto de su vida.Había soñado miles de veces con llevarla a Madrid en Navidad, recorrer los puestos de la plaza Mayor y tomar un chocolate caliente al atardecer. Se veía en el cine, dejándose dibujar por sus dedos palabras de amor, en su cuerpo, un cuerpo que anhelaba ser abrazado por ella cada noche con la luna en la ventana.

Durante 8 largos años, ha soñado con hablarla a la cara, mirarla los ojos, poder sentir su respiración, borrar con sus dedos el vaho que dejan sus suspiros en la ventana. Ha esbozado cada mañana desde hace 8 años los rasgos de un futuro que no llegará jamás. Se ha visto preparándola un suculento desayuno, siendo la envidia de la oficina por ser el único que lleva impoluto el nudo de la corbata, nudo que acomodará ella con sus dulces manos antes de salir por la puerta cada mañana. Ha imaginado en cientos de ocasionas besar sus labios carnosos, acariciar esas mejillas fuertes, con pómulos bien marcados y ser el rey soberano de un reino forjado por los dos.

Si fuera yo más decidido, si tu miraras un día al espejo retrovisor de mi coche, si te acercaras y supieras ver lo que mi voz no cuenta, lo que mis ojos gritan, no dudaría en bajar de la luna un girasol en regalártelo en este mismo instante. Dibujaría un corazón con la escarcha de mi silencio para que lo fundieras en un abrazo. Correría las escaleras hasta tu piso para que me devolvieras el aliento que perdí la primera vez que te vi tras la ventana.

Abrigado hasta las orejas, él cierra la puerta del coche en busca de un día mejor. Se despide de ella con una voz lánguida, con una sonrisa quebrada, con un anhelo de esperanzas entre unas manos que se cierran con lentitud. Un día más, y ya van 8 años, la misma escena, el mismo amor atrasado, postpuesto, desechado.

Si yo fuera más decidido, si tú miraras un día hacia el espejo retrovisor de mi coche.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El patio de recreo

Murmullo de risas y el sonido de muchos pares de pies correteando sin una meta definida.

Gritos y voces de desenfreno, caras de velocidad, narices coloradas por el frío, ojos que lloran de felicidad, manos sucias, almas puras.

Trepo por aquí, me cuelgo por allá, construimos un castillo con los abrigos, los cubos y las palas son tambores, sombreros, espadas láser que matan monstruos.

Hemos encontrado un hueco tras el tobogán donde nadie nos ve.

Bajo los bancos escondemos nuestros tesoros: esta fantástica piedra y estas hojas que el otoño con su magia ha pintado de colores.

Me caigo y no lloro, me pegas pero te perdono porque me has dejado tu gormity y ha sido sin querer.

Estoy tan feliz que te abrazo tan fuerte que te hago daño.

Vamos al baño sin que nos vean y con bochinches de agua hacemos un pastel en el arenero.


¡riiiiiinnnggggggggggg!