jueves, 22 de mayo de 2008

Y qué será lo próximo

No puedo mirarles a la cara y fingir que no ha pasado nada.

No puedo empezar el día cantando, sonriendo y tachando un día más en el calendario, porque no es simplemente un día más para ellos.

Impotente, no sé si es así exactamente como me siento, pero creo que por muchos años más que me queden trabajando, nunca podré controlar estas situaciones.

Quiero cogerles en mis brazos y contarles lo que ha pasado, porqué han tenido que salir de su casa con lo puesto, porqué ahora llevan los zapatos, dos tallas más grandes, porqué hace dos días que no saben porqué no durmen en su cama.

Una infancia difusa, llena de mentiras, de miedos, de preguntas sin respuestas. No es justo.

En el patio de enfrente, niños con uniforme salen a las 14.00 y por la tarde van a Karate, solfeo, inglés y baloncesto, mientras, al otro lado, en el otro patio, un llanto te sobrecoge, cuando un cuerpecito de tres años recuerda que ni esa tarde, ni la otra y quizás otras muchas, no verá la novela con su madre ni tampoco dará a su padre un beso de buenas noches, y lo peor, que no sabe porqué.

Lógicamente, el periódico del 21 de mayo no lo narra así. Diferentes intereses o puntos de vista. ¿Y qué va a pasar ahora?, eso me gustaría saber a mí.

martes, 13 de mayo de 2008

Hay un día a la semana que no se hace hora exclusiva en los centros. Yo normalmente, suelo irme todos los días a las 15.15h. menos los martes, que Iván está en casa para comer y me voy a las 14.30.

Ayer lunes, cambié el plan, aproveché que no teníamos claustro de profesores y que Iván libraba también y me fui a casa. Había aparcado el coche más lejos que de costumbre, en la Juan Carlos I, porque el cruce por donde voy siempre, estaba en obras, están elevando un paso de peatones.

Pues esta mañana nada más llegar al colegio, casualidades de la vida, me entero que a las 14.50 un seat ibiza blanco se pone a arder en frente del colegio, donde muchas veces aparaco, menos ayer, que la calle estaba cortada. Todo un espectáculo para los niños/as que acababan de salir del comedor escolar y esperaban entrar en las Actividades Formativas de por la tarde. Casualidades de la vida. Cualquier día, en estos barrios perdidos, salimos ardiendo.

domingo, 4 de mayo de 2008

Pienso, siento... percibo

La ilusión.

Últimamente es una palabra que resuena bastante en mi cabeza. Algo que parece que de tanto nombrarlo pierde su sentido. En estas semanas todo me conmueve, me eriza el pelo, me da escalofríos. Estoy disfrutando de las sensaciones, de los sentimientos, de lo que llamamos en los libros de lengua sustantivos abstractos. Tan difíciles de definir pero ahí están.

No son mariposas que revolotean en el estómago ni el cosquilleo de una pluma sobre la espalda, porque no hay mariposa que vuele, ni tampoco plumas que acaricien, pero la sensación se nota, es real, se percibe.

Pasar por alto pequeños instantes que te proporcionen esta cantidad de vivencias, es imperdonable. Soñar, imaginar, sentir...percibir y disfutar tendrían que ser una obligación.

Que las prisas y los relojes no nos limiten. Parad a pensar lo vacía que estaría la vida sin lo abstracto. Parad y pensad.