Nos levantamos tempranito, con idea de no perder ni un segundo en todo el fin de semana.
Víctor y Mamen se encargaron de prepara unas ricas tostadas para reponer fuerzas, ya que nos esperaba un día intenso.
Cargamos las pilas con unas cañitas y unos baños en la piscina (o en la tumbuna, porque con el "sunami" no hacía falta meterse en el agua).
Tras una mañana divertida y de relax, y después de darle lo que sobraba de paella a los gatos (que por cierto, ya se habían comido la empanada), tuvimos que ausentarnos unos minutos porque debían preparar otra sorpresa.
Pues sí que nos sorprendimos, sí. Quién nos iba a decir a nosotros que lo que nos habían preparado era el 1, 2, 3, con Doña Magra, y azafatas incluidas.
La subasta, de lo más emocionante y a la que no podían faltar, La Bombi, el dúo sacapuntas, Eugenio, Ozores... cada uno con su atuendo característico y sus chistes preparados, de muerte.
Tras morirnos y llorar literalmente de la risa, conseguimos merecidamente el premio final: UNA WII!!!!! ¡YUPI!
Rápidamente, había que prepararse para la última sorpresa: La boda. Qué recuerdos, parecido a lo que vivimos en la Palma hace 8 años, todos de blanco y emocionados, intentamos resumir en pocas palabras lo que sentíamos, pero podía más la emoción que el verbo.
Tras pasarse el berrinche, rumbo a Navaconcejo, cenita y copas. Y después, continuación de la fiesta en la Piscina de la casa. Sexo y desnfreno pusieron el broche final a un día perfecto. Aunque dejaron más de un móvil roto.
Continuará...