martes, 21 de julio de 2009

Viernes: La Vuelta al mundo y La Feria de Málaga



Ahora ya sí, tras un día de descanso creo que estamos en condiciones de poder hacer un resumen de lo que ha sido este fantástico, fantástico fin de semana.


La despedida comenzó unos minutos antes de la hora prevista (19.15hs del viernes 17). El coche que llevará a la novia hasta el bodorrio nos esperaba en la puerta de casa, impaciente y el chófer era ¡El Padrino! (no la película, sino el padrino de la boda).


Sorprendidos y despistados nos dejamos llevar. Destino: estación de tren de Plasencia. Allí, como quien no quiere la cosa, apareció Escu (madre, qué peligro) y más despitados todavia subimos al tren. Destino: Madrid (eso creíamos nosotros).


Cuando ya estábamos convencidos y habíamos aceptado la posibilidad de llegar a Madrid a las once de la noche y que parte de la despedida la pasaríamos allí, Escu (que ya nos había sorprendido teniendo nuestro billetes) se levanta, nos coge las maletas y hace que nos bajemos en Casatejada. Y ¿quién estaba allí? ¡El Padrino!


Después de pimplarnos una botella de sidra en tierra de nadie, partimos rumbo a la estación de tren de Plasencia donde acabaríamos con el alcohol que portaba Escu (vamos, que nos hincamos otra botella de sidra).


Ahora viene la parte menos divertida, pues para ir a Málaga, en vez de tirar por la Autovía, el cabrón de Escu nos llevó por el Ronquillo, o lo que es lo mismo, en vez de coger la carretera de Ávila para ir a Navaconcejo, fuimos por el puerto de Cabezabellosa (muy bonito el paisaje, por cierto).


Pero los mareos y el cabreo -que lo hubo- se nos pasaron cuando abrimos la bolsa de las castañuelas. A partir de ahí, el chupinazo en plena calle Larios y un "alumbrao" fallido inauguraban las ferias de Málaga en la CR La Cañada.


Como si fueran las ferias de Plasencia, triunfaron Los Rebujitos, pero en este caso no fue el grupo, sino la bebida que pronto causó extragos. Cena en el Real de la Feria, sevillanas, todos vestidos para la ocasión, bailes alrededor de la piscina (y dentro) y alguna que otra sorpresa en forma de Drag-queen. Una noche inolvidable.


Continuará...

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