El domingo pasado estuve en
Serrejón, (pueblo natal de mi abuela), para acudir al espectáculo "El vuelo del paquidermo". Al frente del mismo: José, Jorge y M
iguel, columna vertebral de "El desván del Duende". Cuando terminó y aún en mi cara se podía ver reflejada una sonrisa de satisfacción, me encontré con
Fran, un antiguo compañero de colegio que hacía años que no veía. Él, fanático del desván,
había acudido a ver "el paquidermo" para encontrarse con los de grupo y me preguntó que qué hacía yo por allí, por aquéllos pueblos. Le contesté que ellos eran mis amigos y habíamos ido (como diría José) a echar el rato. ¿Cuánto tiempo hace que les conoces?, preguntó, y me paré a pensar... vinieron a mi cabeza montones de recuerdos, pueblos, viajes en coche, conciertos, miradas, confesiones cómplices, unas copas en un bar, frío en las puertas de los garitos esperándoles a que terminen de firmar a sus incondicionales, una sorpresa en la plaza de C
áceres, un improvisado concierto entre bambalinas, una
web, una canción especial, un escalofrío, lágrimas de emoción, mi boda... 5 años.
Ayer se sumó un recuerdo más, la firma de su segundo disco "Increíble pero cierto", lógicamente no pude faltar, allí estuve,
compartiendo con ellos su ilusión, su momento, viviendo con ellos su alegría.
Hay muchas personas esperando descubrir su música, pero no lo saben; hay miles de personas esperando soñar con sus melodías, pero no les han llegado; hay millones de personas esperando sentirse protagonistas de sus letras, pero no las han escuchado.
Me siento una
privilegiada por tener este disco, por escucharlo cada día en el coche, por dejarme llevar entre sus notas, porque me hace VOLAR.
Ojalá la distribución del disco vaya bien y este sentimiento
desvanero se extienda cada vez a más gente,
porque se lo merecen, porque son unos artistas y
porque les quiero.
¡ENHORABUENA CHICOS!