He salpicado mi blog de azul.
Las palabras sueltas se dan un chapuzón tirándose despreocupadas del trampolín. Alegres, brincan, saltan, se sumergen bajo el agua fresquita. Montan un gran jolgorio considerable, pero es verano, y en verano se pueden montar jolgorios, porque la gente no se enfada, estar de vacaciones es la mejor medicina contra los enfados.
Muy dicharacheras se juntan y se separan formando frases sin sentido que les hacen reír. Se encuentran con peces perdidos que no recuerdan cómo volver a casa, realmente, ni recuerdan si tienen casa, es lo que tiene ser pez, pasan esas cosas...
La pobres llevan tanto tiempo en el agua, que se han arrugado y la "P" empieza a parecer una "L" minúscula. Por un instante, deciden salir del agua y continuar más tarde con sus juegos, pero ¡Qué demonios! es verano, disfrutemos del agua.
Al final del día, las palabras ya no saben quiénes eran, algunas letras están desgastadas, otras tan arrugadas que se han vuelto inteligibles. ¡Qúe desastre! creo que esto no tiene solución.
1 comentario:
¡Pues anda que tú!
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