sábado, 27 de noviembre de 2010

Con MAYÚSCULAS

Anoche me fui a la cama super feliz.


Una noche de viernes que pone punto y final (... quien sabe si punto y seguido..) a un "fin de semana" genial.


El jueves comenzaba a la salida del colegio. Comer deprisa y preparar todo. Mi coche nuevo estaba listo para llevarnos con el culo calentito hasta la Caja Mágica.


No soy del Madrid, nunca me han gustado y no es que estén haciendo una gran Euroliga. Pero en fin, tengo que reconocer que me encanta Felipe Reyes y que el partido prometía con el Gran "meto todos los triples", Teodosic. Por una horas, fuimos Very Important People. Cominos y bebimos gratis, teníamos servicio de ropero, estábamos rodeados de chicas espectaculares... vamos, como en una peli americana. La experiencia no estuvo mal, pero me quedo con mi primera visita a la Caja Mágica, en asientos de gente corriente y con una afición entregada que cantaba, vitoreaba y disfrutaba del baloncesto. Estos pijoteros del Madrid no aplauden por no despeinarse...


Cuando la noche parecía haber terminado, la madrugada llegó y me puso en las manos una copa de Arehuzas con trina de limón en tubo. El portón, mis compañeros/as y mi canción "Inmortal". Como si no hubiera pasado el tiempo.


El Viernes amanecí con una ligera resaca, pero con ganas de probar las raciones que mi cuñado Escu recomendaba de una taberna portuguesa a la que nunca había ido. Cañitas, pinchos, charlas, y mi sobrino gordito. Dos meses cumple hoy, cuando se ríe, me olvido del mundo.


El día no pudo acabar mejor, Isa, una vez más se acordó de nosotros y nos invitó a disfrutar de su última obra de teatro: "La decisión de John". TEATRO con mayúsculas. Tuvimos la gran suerte de ver la obra en el mismo escenario, formando parte del atrezzo. No sé como describir el cúmulo de sensaciones que pude experimentar. Estaba allí y me sentía protagonista de los sentimientos de los actores, reía con ellos, sufría con ellos, me enfadaba con ellos, y al final casi lloro con ellos.


Una obra de teatro a la que no le hizo falta más que la experiencia de 4 buenísimos actores y un guión inmejorable. La calidad de la adaptación de un libro llevaba a la perfección. Una historia tan bien contada que era imposible perderse.


Aún estoy feliz, feliz de las cosas que aparecen en mi vida y me sorprenden. Feliz de sentir, de emocionarme y de compartirlo con los de siempre.


Hoy sábado, lo analizo todo con dos días de soledad por delante.

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