sábado, 15 de enero de 2011

Haciendo hueco


Mis pechos. Nunca han sido pequeños. Ya en el colegio aparecieron prematuramente para ponerme la cara colorada ante la mirada curiosa de compañeros y compañeras. El primer hueco lo han creado mis pechos. Por sus venas ahora fluye más sangre, se están preparando para llenarse de leche, yo creo que en su anterior tamaño ya tenían espacio suficiente para amantar a cinco... pero ellos solitos y sin consultar, se han puesto a hacer hueco.


Mi barriga. Empezó a salirme más de la que quería con 19 años. Desde entonces, siempre he estado en lucha con ella. Por mucho que adelgazara, disminuían mis caderas, se moldeaban mis muslos, se afinaban mis brazos y mi cara, e incluso se desinflaban mis pechos... pero ella, seguía por allí. Con el tiempo he entendido que es cabezona y que va por libre. Una vez más me lo demuestra, cuando el mayor porcentaje de mujeres no engorda durante el primer trimestre de embarazo, ella ha decidido ir haciendo hueco, y parezco estar ya de 5 meses. Mi pequeña criatura tan sólo mide 5 cm y ahora mismo estará nadando y disfrutando por cortesía de mi barriga que se ha puesto de forma anticipada, a hacer hueco.


Mi trastero. Desde que nos mudamos a nuestro nuevo piso, mi trastero se ha ido llenando de manera incontrolada. Cada fin de semana, entraba y me decía "hoy que tienes tiempo, deberías hacer hueco en el trastero". El caso es que por H o por B, aunque lo reordenara, siempre parecían estar las mismas cosas. Ya no. Iván y yo hemos hecho hueco. Hemos tirado cosas inservibles, cosas que antes nos parecían indispensables, pero claro, ahora que viene Mario (o Candela), esos trastos ya no sirven para nada.


La habitación del fondo. Está despareciendo. Estanterías, mesas, ordenadores, recuerdos... ya nada nos hace falta, todo nos sobra. Esto para mi madre, esto para la tuya, esto a la basura... Hay que empezar a hacer hueco. El hueco de nuestro hijo/a. Ese será su espacio. Donde sueñe por las noches, donde imagine ser astronauta, donde estudie para su primer examen.


El mayor hueco, el de mi corazón, que a pesar de que día a día está siendo empujado por mi útero y otros órganos, hacia arriba y a la izquierda, y cada vez dispone de menos hueco se prepara para querer a una personita de tan sólo 11 semanas y 2 días de vida.


Donde caben dos, caben tres.

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Que bonito cuñada... te faltan los huecos que estamos haciendo todos en nuestras vidas para acoger a Candela (o Mario).

Los huecos en el tiempo que habilitaremos para disfrutar de ella (o él), los huecos también en nuestros corazones, los huecos en nuestros pañuelos, para las lágrimas de emoción y para las babas que se nos caigan.