domingo, 25 de enero de 2009

6 meses para el Sí, quiero.

"Mariposas en el estómago" lo llaman. Yo más bien lo que siento es una presión en la garganta, como naúseas, palpitaciones, sudores fríos... en fin, que las mariposas se podían ir a escarbar cebollinos al Toboso y dejarme tranquila.

Quedan 6 meses, justo 6 meses y 10 meses prometida. No voy a decir que lleve así los 10 meses, pero casi. Es una sensación rara, no dejo de imaginarme ese día, toda la gente que quieo estará allí, y no es por ser creída, pero todos estarán esperando para ver cómo va la novia. En fin, una responsabilidad enorme y la vergüenza, aún mayor.


Muchas cosas por hacer, elegir las invitaciones, las alianzas, los regalitos, decidir el peinado, el maquillaje, los complementos, eso sí que es difícil, encontrar unos zapatos de novia del número 35, todo un reto. Colocar a los invitados en mesas, para que estén contentos y agusto y no les toque al lado de alguien que no soportan. Ir de tiendas y ayudar a elegir el traje de mi madre, orgullosa madrina, y lo más difícil, el de mi hermana, que no le gusta nada. Preparar la ceremonia, los votos, la música, probar el menú, probarme el vestido...¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!

Joder, y me dicen mis compis del cole que no hay razón para estar nerviosa, porque mi vida no va a cambiar, Iván y yo ya estamos viviendo juntos. Pues hala, maja, organízalo todo tú.

Bueno, y otra cosa, ¿dónde será la segunda parte de la luna de miel? El crucero ya está decidido, Grecia y su grandeza nos esperan, estoy impaciente por pasear por sus calles de ensueño y empaparme de su cultura... y de sus aguas termales. Pero después, hay que decidir dónde continuamos la aventura, ¿Será en la romántica Toscana?

Ay! cuanto más lo pienso... mientras, mis fieles amigos deciden cómo sorprendernos para la despedida de soltero. Una despedida conjunta, para disfrutar, divertirse y dejar atrás toda la presión. Una excusa genial para juntarnos todos y embolingarnos, vamos.

Y entre todos estos sobresaltos, pensar, si me queda tiempo, en otra boda, la de mi amiga Cristina, que a la tía le han entrado las prisas y ahora se casa antes que yo, también el 25 pero de abril, sólo tres meses para preparar despedida, elegir vestido y zapatos que convinen, y del 35... y además estudia y haz cursos de Linex porque a finales de Junio me juego de nuevo mi plaza.

¿PERO ES QUE ESTO NO ES PARA MORIRSE!

La guinda la pondría mi cuñada Noelia, que se le adelantara el parto, y pasáramos la noche de bodas en el hospital...

En fin, que todo esto me vale para sentirme viva. La sangre corre, que digo corre, vuela por mis venas. Este año va a ser genial.

3 comentarios:

Juan Carlos dijo...

¿seis meses? ¿Sólo seis meses?

Pero si yo tampoco he pensado en nada aún... el traje, el discurso, las lágrimas, cómo contenerlas...

No es engreimiento, es cierto. Todos estamos deseando verte llegar, con tu traje, más guapa que nunca, y ya es dificil, con los ojos enrojecidos porque ya habrán aflorado unas lágrimas minutos antes, cuando pienses en todo lo que te espera, y esa marcha nupcial vaya sonando, al ritmo de dos corazones.

Que digo dos, vosotros marcaréis el compás, pero todos lo seguiremos, pom, pom pompom... pom pom pompom pom pom pompompom pom pom pompompom(lease a ritmo de marcha nupcial)

Y allí estará Iván, con su traje, impoluto, nervioso (él no el traje, o el traje también), con las piernas flojeándole y ese temblor en las manos que tan bien conoces. Con ese brillo en los ojos que nunca sabrás si es de emoción o porque ha capturado para tí todas las estrellas y la luz del sol, para que te guíen en el camino por ese puentecito que tanto miedo te da pisar con los tacones.


Con el llegará tu madre, con su vestido, que lo llenará de orgullo, con una sonrisa emocionada, o con una emoción sonriente, la verás hasta más gordita, llena de ilusión.

Irás del brazo de mi padre, que aunque luego no lo reconozca también habrá llorado lo suyo, emocionado por llevar del brazo a una nuera tan hermosa y sentir que, una vez más, también le hace a él protagonista de una ceremonia que es vuestra, pero a la vez es de todos los que os queremos.

Allí estará tu hermana, que habrá acertado con el vestido y te mirará con esa cara de complicidad que evidencie su alegría. Con una sana envidia, como la que tendremos todos, por querer compartir la inconmesurabilidad de vuestra dicha.

Estará Carlota, viendo desfilar a sus padrinos, preciosa, con su trajecito y esos mofletes que serán las flores más bellas de la ceremonia. Consciente de que, sin saber por qué, aquel es un día feliz y ella tiene que compartirlo, y os brindará su mejor sonrisa.

Allí estaremos todos... son 6 meses, 180 dias de ilusión por uno de los momentos más felices de nuestras vidas.

Mamen dijo...

¿Sana envidia? De los años vividos y de los que vendrán, pero no del día de la boda. ¡Líbreme Dios (que probablemente no exista) de semejante sufrimiento!
P.D. Carlos, ¿puedo copiar alguna frase para mi discurso?

Juan Carlos dijo...

Libertad para copiar jejej al final soy yo el que me quedo sin ideas por anticiparlas...