¿A dónde irían a parar las palabras que no escribimos?
Contamos una historia y por cada frase que escribimos, algo no nos gusta, está mal expresado, o quizás no nos atrevemos a escribir, ¿a dónde irán a parar?
Ahora puedo ir a mis antiguas entradas, a las tuyas, leer correos guardados... pero esas pobres palabras que en un momento determinado borraste, que existieron unos segundos, o peor, minutos, creyeron que formarían parte del resultado final y ¡zasca! ni siquiera pasaron unos días por la papelera de reciclaje.
Quién sabe, igual esas palabras podrían haber descrito mejor lo que sentíamos, a podrían haber provocado la sonrisa de alguien, si me apuras, podrían haber enamorado a una persona lejana.
Nunca lo sabremos.
1 comentario:
Esas palabras van a un limbo especial de morfemas que se expresan con la mirada.
No se pierden, se quedan guardadas en un brillo, en un gesto, y se escuchan, se leen y se entienden sin ser pronunciadas, ni escritas, cuando os miráis a los ojos.
Publicar un comentario