viernes, 14 de septiembre de 2007

Llena de vida

¿Cómo es posible ver unos ojos por primra vez y no querer dejar de mirarlos?

Una carita dulce, de expresión serena. Unas manos que se amarran con fuerza a tus dedos y una sonrisa feliz que te hace estar embobado todo el día pensando en ella.

Todavía no he pasado por un paritorio, no soy madre. Pero es increíble lo que se puede querer a una sobrina, en este caso, también ahijada, mi ahijada.

A poquitos días de que mi prima cumpla la baja por maternidad y se vaya para Madrid con mi tesoro de ojos azules, me muero de pena. Lo mucho que la voy a estrañar. Si ha cambiado un abismo en tres meses... cuánto podrá cambiar ahora que no voy a poder verla cada día.

Está claro que ha sido un amor a primera vista, incluso, fíjate, antes de primera vista. Cuando vagaba en las profundidades de un acuoso útero, ya la quería.

Mi niña, mi chiquitita Carlota, has llegado al mundo para hacernos más dichosos y llenarnos con tus gorgeos y pequeños movimientos. No te has ido y ya estoy echándote de menos.

2 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Doy fe. Es preciosa. La vi con dos días, luego con 15, y ayer con tres meses y es... para comersela.

UnaExcusa dijo...

Auguro muchos viajes a Madrid...